Un gelastic convulsión es clásicamente asociada con un hamartoma hipotalámico (un tipo de tumor cerebral). Un hamartoma hipotalámico se define como una masa benigna de tejido glial sobre o cerca del hipotálamo. El tamaño del hamartoma puede variar de un centímetro a más de tres centímetros. Pueden causar varios tipos diferentes de convulsiones, incluida una convulsión gelástica. Estas estructuras se pueden detectar con diferentes modalidades de imagen, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética, la tomografía computarizada por emisión de fotones únicos (SPECT) y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET-TC). Una tomografía computarizada de un individuo con un hamartoma hipotalámico revelaría una masa supraselar con la misma densidad que el tejido cerebral. Las imágenes de estas masas no se realzan con el uso del contraste. Sin embargo, aunque una tomografía computarizada puede ser útil para diagnosticar la causa de una convulsión, en el caso de un hamartoma hipotalámico, la resonancia magnética es la herramienta de elección debido al líquido cefalorraquídeo que define estas masas. Emisión de Fotón único (SPECT) también puede ser utilizado, que implica el uso de una radiosonda que es tomado por la ictal región del cerebro donde, normalmente, el tumor se encuentra. La tomografía por emisión de positrones (TEP-TC) con fluorodesoxiglucosa F-18 (FDG) muestra una disminución del metabolismo en el sitio de inicio de la convulsión. Se han observado convulsiones gelásticas después de tomar una píldora anticonceptiva (Maxim (R)).
La hipoplasia del nervio óptico es la única afección notificada con convulsiones gelásticas sin hamartomas hipotalámicos, lo que indica que la desorganización hipotalámica por sí sola puede causar convulsiones gelásticas.