Ya sea que seas un orador público experimentado o simplemente coquetees con la idea de compartir tu mensaje con el mundo, probablemente sepas que dar una gran presentación implica mucho más que solo leer de tarjetas de referencia.
¿Las buenas noticias? Aprender sobre las cualidades esenciales de otros grandes presentadores es una manera fácil de convertirse en uno mismo. Las siguientes cuatro cualidades esenciales de todos los oradores públicos, en particular, asegurarán que esté entregando presentaciones que influirán, inspirarán y tendrán un impacto significativo en su audiencia.
Introspección& Autoconciencia
Para ser un orador efectivo, primero debes entender quién eres como orador y como persona. ¿Cuáles son tus cualidades interpersonales más fuertes? Cómo conectar con los demás? ¿En qué cualidades necesitas trabajar? Los oradores más efectivos están trabajando constantemente para capitalizar sus fortalezas, ya sea una gran narración o un talento para lograr que la audiencia participe, y también para mejorar sus debilidades. Aprovechar tus cualidades interpersonales más poderosas es una excelente manera de hacerte accesible, atractivo y único.
Para empezar, haz una lista de tus mejores rasgos y las áreas en las que usted excel. Luego, piense en cómo se expresa cada uno de estos rasgos al hablar o presentarse frente a otros. Por ejemplo, si eres bueno explicando conceptos complejos en términos simples o si tienes una personalidad dinámica y atractiva, asegúrate de incorporar y resaltar estas cualidades a lo largo de tu presentación. (¿Necesita ayuda para identificar sus fortalezas interpersonales? StrengthsFinder 2.0 es un recurso excelente.)
La capacidad de Contar una historia
Las audiencias aparecen para obtener información, pero se quedan para las historias. Contadas bien, las historias pueden ser la clave de una presentación atractiva que emocione, energice y realmente involucre a las personas que se sientan frente a usted. Como me han dicho mis amigos y mentores de Story Leaders™: «Es posible que otros no piensen lo que pensamos, pero a través de una historia compartida, pueden sentir lo que sentimos nosotros.»
Por lo tanto, considere compartir una historia de lucha o triunfo o su camino personal, idealmente al comienzo de su discurso. No tenga miedo de revelar información sobre usted y demostrar sus vulnerabilidades, esto capturará a las personas de una manera que el hecho y el intercambio de información por sí solos nunca lo harán.
Generosidad
Simon Sinek cambió la vida de miles de personas cuando compartió su brillante charla TED, «Cómo los grandes líderes Inspiran la Acción.»Lo que destaca sobre todo de esta presentación es la generosidad con la que Sinek comparte información. No oculta nada y, en su lugar, lo da todo a su audiencia, incluido su secreto para el éxito en los negocios y en la vida: «Empieza con el por qué», dice. «Dile a la gente por qué haces lo que haces antes de decirles lo que haces o cómo lo haces.» Simple. Brillante. Y a cambio de compartir esta visión, ha construido una tribu eterna y comprometida.
Los mejores comunicadores entienden el valor de compartir información de manera abierta, honesta y generosa. Cuanto más das, más se puede conectar el público contigo y más te quitarán. Para hacer esto de manera efectiva, tendrá que entender realmente a su audiencia: ¿Quiénes son? ¿Cómo aprenden? ¿Responderían mejor a un discurso motivacional de alta energía, por ejemplo, o a uno que sea más sutil? Cuanto mejor conozcas a tu audiencia, más probabilidades tendrás de entregar la información de una manera que sea significativa para ellos. Y luego muestra un verdadero compromiso con tu audiencia revelando todo y no ocultando nada.
Confianza
Finalmente, cuando estás hablando y presentándote frente a otros, la confianza es clave. Una presentación insegura o tímida no captará ni atraerá a una audiencia, y ciertamente no motivará a una tribu. Pero, por supuesto, para muchos de nosotros, hablar en público y la ansiedad tienden a ir de la mano.
Si se siente intimidado antes de una presentación, considere lo siguiente: Sus nervios no se muestran. Lo que sientes es principalmente interno, y otros no pueden sentir tu miedo si no lo dejas ver. Además, tu audiencia te está apoyando: quieren una gran presentación, por lo que quieren que tengas éxito. Finalmente, y lo más importante, tienes el control de tus nervios. Si ha practicado su discurso una y otra vez, como cualquier gran orador debe, la confianza fluirá naturalmente. Además, los ejercicios de visualización mental, como imaginar el aplauso al acercarse al final de su discurso, y los ejercicios físicos como la respiración profunda y el estiramiento, también pueden aliviar el estrés para que pueda ofrecer una presentación poderosa y atractiva sin inhibiciones.
Hablar en público no es una tarea fácil. Pero con algo de práctica, y con estos principios clave en mente, puedes dominarlo, sin lugar a dudas.