La investigación ha demostrado que la persona típica toma aproximadamente 2,000 decisiones cada hora de vigilia. La mayoría de las decisiones son menores y las tomamos de forma instintiva o automática: qué ponerse para trabajar por la mañana, si almorzar ahora o en diez minutos, etc. Pero muchas de las decisiones que tomamos a lo largo del día toman un pensamiento real y tienen consecuencias graves. Tomar buenas decisiones consistentemente es sin duda el hábito más importante que podemos desarrollar, especialmente en el trabajo. Nuestras elecciones afectan nuestra salud, nuestra seguridad, nuestras relaciones, cómo pasamos nuestro tiempo y nuestro bienestar general. Basándome en mis experiencias de tres despliegues como oficial del Ejército y de investigar Primero a Ti Mismo, he encontrado que las siguientes mentalidades son perjudiciales para la buena toma de decisiones. Cuando tenga que tomar una decisión importante, esté atento a:
Fatiga por decisión. Incluso las personas más enérgicas no tienen energía mental infinita. Nuestra capacidad para realizar tareas mentales y tomar decisiones se agota cuando se ejerce repetidamente. Uno de los estudios más famosos sobre este tema mostró que es más probable que los presos tengan la libertad condicional aprobada por la mañana que cuando sus casos se escuchan por la tarde. Con tantas decisiones que tomar, especialmente las que tienen un gran impacto en otras personas, es inevitable experimentar fatiga en las decisiones. Para contrarrestarlo, identifique las decisiones más importantes que necesita tomar y, tan a menudo como sea posible, priorice su tiempo para que las tome cuando sus niveles de energía sean más altos.
Un estado constante de distracción. El tsunami tecnológico de la última década ha dado paso a una era de conveniencia sin precedentes. Pero también ha creado un entorno en el que la información y la comunicación nunca cesan. Los investigadores estiman que nuestros cerebros procesan hoy cinco veces más información que en 1986. En consecuencia, muchos de nosotros vivimos en un estado continuo de distracción y lucha por concentrarnos. Para contrarrestar esto, encuentre tiempo cada día para desconectarse y alejarse del correo electrónico, las redes sociales, las noticias y la embestida de la Era de la Información. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero factible si lo haces una prioridad.
Falta de entrada. La Escuela Kellogg descubrió recientemente que en una reunión típica, un promedio de tres personas hacen el 70% de la conversación. Como la autora Susan Cain articula tan bien en su libro Quiet, muchos introvertidos son reacios a hablar en una reunión hasta que sepan exactamente lo que quieren decir. Sin embargo, estos miembros de nuestros equipos a menudo tienen algunas de las mejores ideas para contribuir, ya que pasan gran parte de su tiempo pensando. Para contrarrestar esta tendencia, envíe una agenda de reuniones con 24 horas de anticipación para que todos tengan tiempo de pensar en sus contribuciones y trabajar para establecer una cultura de reuniones que permita a las personas contribuir con sus ideas después de la reunión.
Multitarea. Hoy en día no quedan muchos trabajos en el mundo que no requieran al menos algunas tareas múltiples. Si bien esa es la realidad, la investigación muestra claramente que el rendimiento, incluida la eficacia en la toma de decisiones, se resiente hasta en un 40% cuando nos enfocamos en dos tareas cognitivas al mismo tiempo. Cuando necesite tomar decisiones importantes, dedique y dedique varios bloques de tiempo durante el día para concentrarse profundamente en la tarea que tiene entre manos.
Emociones. Experimentar frustración, emoción, ira, alegría, etc., es una parte fundamental de la experiencia humana diaria. Y si bien estas emociones tienen un papel significativo en nuestras vidas, probablemente no necesite ver la investigación para saber que nuestras emociones, especialmente durante los momentos de máximo enojo y felicidad, pueden obstaculizar nuestra capacidad de tomar buenas decisiones. Decidir hablar o enviar un correo electrónico mientras está enojado a menudo complica una situación difícil, porque las palabras no salen bien. Para contrarrestar esto, presta atención a tu estado emocional y enfócate en la fuerza del carácter del autocontrol. Resiste la tentación de responder a las personas o tomar decisiones mientras estás emocionalmente alterado. Practica alejarte de la computadora o dejar el teléfono, y vuelve a la tarea en cuestión cuando puedas pensar con más claridad y calma.Parálisis de análisis. Si bien la Era de la Información nos ha dotado de una abundancia de información, grandes volúmenes de datos y métricas, también hay un sinfín de información a la que podemos acceder. Y sabemos que cuanta más información tengamos que considerar, más tiempo tardaremos normalmente en tomar una decisión. Si bien el proceso de toma de decisiones debe ser exhaustivo, la mejor manera de tomar buenas decisiones suele ser no tomarse más tiempo o mirar más información. En su lugar, revise la información pertinente que necesita, establezca una fecha límite para tomar una decisión y luego apéguese a ella.
Las decisiones que tomamos determinan nuestra realidad. Tienen un impacto directo en la forma en que pasamos nuestro tiempo y en la información que procesamos (o ignoramos). Nuestras decisiones dan forma a nuestras relaciones, y cada vez más en el mundo hiperconectado de hoy, las decisiones contribuyen a nuestro nivel de energía y a cuán eficientes somos en los diversos aspectos de nuestras vidas. Inevitablemente, todos tomamos malas decisiones todos los días. Pero si somos conscientes de estos seis enemigos de la buena toma de decisiones y tomamos medidas para superarlos, podemos tomar mejores decisiones que tengan un impacto positivo en las personas con las que trabajamos y lideramos.