Objetivos: Explorar por qué algunos médicos dudan en usar metformina en pacientes con enfermedad hepática y si se justifica la monitorización rutinaria de las transaminasas antes y durante el tratamiento con metformina.
Fuentes de datos: Se realizó una búsqueda en la literatura de Medline (1966 a junio de 2008) utilizando los términos metformina, acidosis láctica, enfermedad hepática, enfermedad hepática crónica, hepatotoxicidad, hipoxia, riesgos y factores predisponentes.
Síntesis de datos: La información de prescripción del fabricante y algunas publicaciones médicas y de prensa lega actuales advierten contra el uso de metformina en pacientes con enfermedad hepática. Esta recomendación es interpretada de manera variable por diferentes prescriptores, y algunos creen que la precaución implica que la metformina puede causar o empeorar daño hepático. Otros creen que la enfermedad hepática predispone a los pacientes a desarrollar acidosis láctica. Por lo tanto, se justifica una comprensión más clara de cómo y cuándo detectar disfunción hepática en pacientes antes y durante el tratamiento con metformina.
Conclusión: La metformina no parece causar o exacerbar el daño hepático y, de hecho, a menudo es beneficiosa en pacientes con enfermedad hepática grasa no alcohólica. El hígado graso no alcohólico se presenta con frecuencia con elevaciones de transaminasas, pero no debe considerarse una contraindicación para el uso de metformina. La evidencia bibliográfica de enfermedad hepática asociada a acidosis metabólica asociada a metformina está representada en gran medida por informes de casos. La mayoría de estos pacientes tenían cirrosis y también consumían alcohol activamente. Los pacientes con cirrosis, particularmente aquellos con encefalopatía, pueden tener hipoxemia arterial, lo que aumenta el riesgo de desarrollar acidosis láctica. Por esta razón, identificar a los pacientes con cirrosis antes de iniciar el tratamiento con metformina parece prudente. Sin embargo, debido a que la cirrosis puede existir frente a transaminasas hepáticas normales, y debido a que la metformina no se considera intrínsecamente hepatotóxica, no se apoya la retención de metformina en pacientes con transaminasas anormales o la monitorización rutinaria de las transaminasas antes o durante el tratamiento con metformina.