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En una reunión reciente ofrecí un almuerzo para visitantes que ella rechazó con evidente pesar. Tenía hambre, y era mediodía. Pero se dirigía a su examen físico anual, y comer de antemano significaría regresar otra mañana para un nivel de colesterol en ayunas. La mayoría de nosotros podemos relacionarnos con su molestia, pero afortunadamente esto pronto puede ser cosa del pasado.
Los médicos tradicionalmente han ordenado que se realicen pruebas de colesterol después de un ayuno nocturno. Pero este requisito causa una carga significativa en ambos lados de la ecuación de la atención médica. La mayoría de la gente odia ayunar. Saltarse las comidas es particularmente difícil para las personas activas, las personas con diabetes y los niños. Sin embargo, volver para otra visita es aún más complicado, por lo que muchas personas simplemente no se molestan. Y también ha sido un desagüe para los médicos, lo que ha resultado en órdenes de pruebas repetidas, llamadas telefónicas y visitas a los pacientes.
Las directrices internacionales publicadas el mes pasado en el European Heart Journal se convirtieron en la última recomendación oficial contra el ayuno rutinario para las pruebas de colesterol. Estas pautas defienden lo que muchos sistemas de atención médica y muchos médicos (incluido yo) han estado practicando durante varios años. Deben recibir una aceptación universal, aunque lleve un tiempo. Hay varias razones científicas que apoyan este cambio.
La historia detrás de las pruebas de colesterol en ayunas
Cuando los médicos hacen pruebas de colesterol, casi siempre pedimos un grupo de pruebas llamadas panel de lípidos (los lípidos son moléculas que contienen grasa). Este panel típicamente incluye cuatro medidas separadas:
- Concentración de colesterol total.
- Colesterol de lipoproteínas de baja densidad* (LDL), a menudo llamado colesterol «malo». La cantidad de LDL en su sangre predice fuertemente su riesgo de enfermedad cardiovascular, ya que los niveles más altos se asocian con el desarrollo de placa en las arterias.
- Colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo llamado «colesterol bueno» porque los niveles más altos protegen contra las enfermedades cardíacas.
- Triglicéridos (un tipo diferente de molécula de lípidos). Los niveles altos de triglicéridos también están asociados con la enfermedad vascular, aunque esta relación no está tan bien definida.
*Las lipoproteínas son los «paquetes» que transportan el colesterol en el torrente sanguíneo.
Los lípidos se han extraído tradicionalmente después de un ayuno por dos razones principales. La primera fue minimizar la variación, ya que comer puede afectar algunos niveles de lípidos. El segundo era producir un mejor cálculo del colesterol LDL, que a menudo se deriva de una ecuación que se cree que proporciona resultados altamente distorsionados después de comer. Sin embargo, estudios más recientes han negado en gran medida estas preocupaciones.
Los científicos ahora están de acuerdo en que comer solo tiene efectos leves y clínicamente insignificantes en tres partes del perfil lipídico: el colesterol total y el colesterol HDL y LDL. Los alimentos aumentan los niveles de triglicéridos durante varias horas, generalmente en un grado modesto. Después de una comida rica en grasas, estos aumentos pueden ser sorprendentes. Por lo tanto, un médico aún puede ordenar una prueba de triglicéridos en ayunas si los valores de no ayuno están significativamente elevados.
Quizás más importante, los análisis a gran escala han demostrado que los lípidos que no ayunan no debilitan la conexión entre los niveles de colesterol y los eventos dañinos como el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular. De hecho, se cree que las medidas posteriores a las comidas fortalecen la capacidad de los niveles de lípidos para predecir el riesgo cardiovascular. Esta observación puede deberse al hecho de que la mayoría de las personas comen varias comidas más refrigerios durante el día. Eso significa que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en un estado de «alimentación», no en un estado de ayuno. Por lo tanto, los niveles de lípidos después de comer pueden reflejar mejor nuestra fisiología normal.
¿El fin del temido ayuno nocturno?
Las pautas para los paneles lipídicos han evolucionado en la última década, respaldadas por la evidencia de estudios en los que participaron cientos de miles de personas. La mayoría de las recomendaciones ahora apoyan las pruebas de colesterol sin ayuno para las pruebas de rutina. (Puede encontrar un resumen de estas recomendaciones aquí.)
Algunas pruebas de lípidos en ayunas seguirán siendo necesarias, especialmente en personas con triglicéridos muy altos. Y algunas personas seguirán necesitando ayunar para obtener los niveles de azúcar en sangre, aunque una prueba alternativa para la diabetes (hemoglobina A1c) ha reemplazado gran parte de esta prueba. Pero para la mayoría, incluidas las personas que se hacen pruebas de colesterol de rutina para sopesar el riesgo cardiovascular y las que reciben terapia farmacológica, esta noticia es una buena noticia.
Así que pregúntele a su médico si realmente necesita omitir el desayuno antes de su próxima extracción de sangre. Las tradiciones son difíciles de matar, pero tanto la ciencia como la conveniencia pueden conducir a éste a su fin. Este es un cambio que los médicos y los pacientes deben celebrar juntos.