La apofisitis se refiere a la irritación e inflamación de la apófisis, un centro de osificación secundaria que actúa como sitio de inserción de un tendón. Es una lesión por uso excesivo común en atletas jóvenes. En un atleta en crecimiento, la apófisis es susceptible a lesiones debido al estrés repetitivo o a una lesión por avulsión aguda. Una fractura por avulsión generalmente ocurre con contracciones musculares repentinas en las que se desgarra un pequeño trozo de hueso de su origen.
Durante el período de crecimiento rápido, la capacidad de la unidad de tendón muscular para estirarse disminuye en comparación con el crecimiento óseo, lo que resulta en un aumento de la tensión en el sitio de unión. En el atleta joven, debido al entrenamiento y la participación en múltiples deportes, se exagera la fuerza de tracción en la apófisis. Ciertas afecciones, como la pronación del pie o el genu valgum, pueden agravar las fuerzas anormales en la apófisis y el resultado es apofisitis.
La apofisitis puede ocurrir en la cadera y la pelvis, la rodilla y el pie. La apofisitis pélvica o de cadera se observa a menudo en individuos de entre 14 y 18 años de edad. El riesgo de apofisitis de pelvis/cadera es mayor en personas que tienen músculos de cadera y muslos excesivamente apretados. El hueso pélvico tiene muchas apófisis y cualquiera de ellas puede verse afectada. Sin embargo, la apofisitis de la columna ilíaca anterior superior, la columna ilíaca anterior inferior y las apófisis de la cresta ilíaca son más comunes.
Los niños con apofisitis pueden quejarse de dolor que puede ocurrir gradualmente sin un historial particular de lesión. El síntoma tiende a empeorar después de un solo evento traumático. Estos síntomas disminuyen una vez que se completa el crecimiento en la apófisis.
Su médico diagnosticará la apofisitis basándose en la historia clínica y el examen físico. Es posible que se necesiten radiografías para descartar otras afecciones, como una infección o un tumor. El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y tratar los factores subyacentes. Evite actividades que empeoren el dolor y proteja la apófisis de lesiones adicionales. No se permite la participación en deportes mientras cojee durante la caminata o las actividades. Un cartílago de crecimiento abierto es más susceptible a lesiones y, por lo tanto, la falta de protección de la apófisis puede resultar en una fractura por avulsión. Se puede recomendar un programa de rehabilitación que incluya un programa de ejercicios en el hogar y fisioterapia para mejorar la fuerza y la flexibilidad.