Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez el 30 Mayo, 2019.
Escrito por Macarena Esperanza Marina, 07 Diciembre, 2015
Última actualización: 30 Mayo, 2019
Durante los primeros meses de vida, la piel humana se caracteriza por ser muy suave y tersa. Ahora, dicha suavidad hace que sea delicada y que necesite una serie de cuidados especiales, incluso para hacerle frente a los inevitables sarpullidos de bebés, pero ¿cómo combatirlos?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la piel de un bebé no puede cuidarse la misma forma que la de un adulto. Con lo cual, es fundamental buscar los productos especialmente indicados para su edad o bien, aquellos expresamente recetados por el pediatra.
Es fundamental evitar los productos que contengan fragancias y otras sustancias que puedan ocasionar irritaciones, alergias y otros problemas. Sin embargo, hay otras medidas que deben cumplirse.
Sarpullidos en bebés, ¿qué son y por qué aparecen?
Los sarpullidos en bebés son erupciones cutáneas muy frecuentes. Al ser semejantes a la dermatitis o los eritemas, pueden apreciarse en forma de granitos o ronchas pequeñas originadas por diversas causas.
No obstante, la dermatitis y los sarpullidos en bebés suelen presentarse en los recién nacidos porque, luego del alumbramiento, su piel comienza un proceso de adaptación al ambiente fuera del vientre materno, así como también su organismo debe adaptarse a los nuevos alimentos.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas afecciones se manifiestan hasta los 3 años de edad aproximadamente; etapa en la cual puede percibirse en la piel del bebé un enrojecimiento, erupciones con aparición de ampollas con o sin pus, comezón e incluso en algunos casos fiebre.
Causas más comunes de los sarpullidos de bebés
- Dermatitis.
- Exceso de calor.
- El roce del pañal.
- Déficit nutricional.
- Introducción prematura de determinados alimentos en la dieta.
- Uso de prendas de ropa hechas a base de fibras sintéticas, que no permiten la transpiración.
- Contacto con cloro (por ejemplo, cuando se baña en una piscina).
- Contacto con productos que contienen químicos agresivos (cremas, champúes, jabones, perfumes, etcétera).
Combatir sarpullidos de bebés
Una buena manera de terminar con los sarpullidos de bebés es aplicar cremas o polvos pediátricos de venta libre. Por lo general, los médicos aconsejan este tipo de productos, pero en caso de duda, lo mejor es será consultar directamente con el profesional.
Lo ideal sería evitar el uso prolongado de los pañales ya que, aún cuando absorben la humedad, impiden que la piel pueda respirar correctamente. Por esta razón, es importante que los padres estén atentos y cambien con regularidad el pañal de su bebé y, también, le permitan estar un rato sin él.
Los especialistas también aconsejan baños de agua tibia y sin cloro, así como una limpieza con jabones neutros, sin perfumes o fragancias. Además, es necesario cuidar la alimentación del niño, para lo cual lo mejor es dar el pecho ya que refuerza defensas y brinda nutrientes.
Por último, los expertos recomiendan no exponer al pequeño a lugares que puedan estar contaminados, ventilados con aire acondicionado o donde haya fumadores, así como sugieren evitar ambientes tensos en su entorno donde reinen las discusiones, el estrés o la prisa.
Mantener una buena higiene, cuidar la dieta y elegir prendas de ropa apropiadas son medias básicas que ayudan a prevenir los sarpullidos.
¿Es recomendable utilizar remedios naturales?
No. A menos que el pediatra lo indique, no es buena idea recurrir a los remedios naturales para tratar las afecciones de los más pequeños, ya que pueden resultar contraproducentes. No hay que olvidar que los niños son mucho más vulnerables (en todo sentido, no solo en cuestión de piel) que un adulto y que hay que ser precavidos en todo momento.
El hecho de que los remedios naturales tengan un origen vegetal no quiere decir que sean inofensivos. Por ello, siempre se debe consultar con el pediatra antes de actuar.
En algunos casos, para combatir los sarpullidos de bebés, los médicos pueden sugerir la aplicación de productos pediátricos con manzanilla (dadas sus propiedades antiinflamatorias y calmantes) y rara vez el uso de compresas con la infusión de esta planta.