Tenemos que decirte la verdad: la primera vez que los hagas te puedes enfrentar a varias preguntas y cometer algunos errores, pero para que tu experiencia sea buena, te traemos una receta para hacer frijoles desde cero y unos trucos para que te queden de leyenda.
Las legumbres son alimentos que nos encantan porque están llenas de proteínas y carbohidratos, además son llenadoras, económicas y las puedes preparar de mil maneras.
El truco de los frijoles -y todas las legumbres-
Como sabes, las legumbres se consumen, la mayoría, cuando están maduras, es decir, duras.
Entonces, ¿cómo transformar un frijol con la firmeza de una piedra en un puré para comer con totopos? La respuesta es sencilla: agua, tiempo y paciencia.
Un beneficio que notarás en los frijoles y el resto de las leguminosas es la gran capacidad de absorción de líquidos que tienen.
Al dejar remojar por mucho tiempo en agua estos productos, su tamaño se duplica y rinden más de lo que aparentan.
Para dar sabor a los frijoles debes volver al punto de la absorción. Si salas el agua del remojo quedarán duros, pues una de las propiedades de la sal es retener líquidos y detener este proceso de duplicación. Siempre agrégala ya cocidos y que sea mucha.
Hace un siglo, hacer frijoles era mucho más laborioso que ahora, aunque es común que se siga el procedimiento.
Para ahorrar tiempo y esfuerzo agradecemos al inventor de la olla exprés por todo lo que hizo por nosotros.
Aunque creas que es una labor inútil no se te olvide revisar los frijoles antes de remojarlos. Siempre viene alguna piedrita que puede arruinar tu guiso porque esas no se suavizan con la cocción.
Aquí te platicamos cómo preparar frijoles tanto de la forma tradicional como en olla exprés, y unos truquillos para darles un sabor delicioso.
La olla tradicional de los frijoles
- Revisa los frijoles. Los que estén rotos, quítalos. También te recomendamos darles un primer baño para que no tengan tierra ni suciedad.
- En una olla, vierte los frijoles con agua suficiente como para cubrirlos todos y aproximadamente un dedo más. Déjalos reposar durante toda la noche.
- A la mañana siguiente hay que cambiar el agua. Esto te ayudará con las propiedades gaseosas nada agradables que aportan los frijoles. En este remojo déjalos por espacio de una hora.
- En otra olla pon cuatro veces el líquido de la cantidad de frijoles que vas a cocinar. Aquí puedes agregar cebollita, epazote, hoja de aguacate u hoja santa para que el fondo de cocción tenga un sabor delicioso que se vaya directo al producto.
- Debes dejar cocinar a fuego bajo aproximadamente 1 hora más. La forma más eficiente de saber si ya están es tomar uno y presionarlo con los dedos. Si se deshace ¡es hora de agregar la sal pues están listos!
La olla exprés: aliada de aquellos que no tienen tiempo
- Revisa los frijoles. Los que estén rotos, quítalos. También te recomendamos darles un primer baño para que no tengan tierra ni suciedad.
- En una olla, vierte los frijoles con agua suficiente como para cubrirlos y un dedo más. Déjalos en remojo entre una hora y toda una noche; entre más tiempo, mejor el resultado.
- Mientras se están remojando, en la olla express pon a hervir a fuego alto dos veces la cantidad de frijoles en agua, agrega cebolla, ajo, hierbas de olor y lo que se te antoje menos sal.
- Una vez hirviendo el agua, agrega los frijoles con el líquido donde los remojaste. Tapa la olla y asegúrate de que esté bien cerrada. Pon la válvula de seguridad.
- Cuando esta válvula comience a sonar o salga vapor del agujero en la tapa, comienza a contar el tiempo. Debe pasar una hora para pasar al siguiente paso.
- Después de una hora de cocción, apaga la olla y deja que se enfríe sin abrirla para evitar que explote. Cuando esté a temperatura ambiente, es momento de ponerla al chorro del agua fría y abrir de forma segura.
- Prueba presionando un frijol con los dedos, si se deshace, ¡están listos y es hora de sazonar!
Ya están listos los frijoles ¿y ahora?
Existen muchísimas recetas para cocinar con frijoles. Para aprovechar el líquido que queda en la cocción puedes agregar chorizo, tocino y chile para hacer frijoles de olla.
Si lo que se te antoja es hacer frijoles refritos, en un sartén pon un poco de aceite, saltea cebolla y agrega los frijoles. Con una prensa, machaca los frijoles y sazona. También a este formato puedes agregar chorizo o chilorio ¡para unos molletes de campeonato!
Si se te antoja una sopita de frijol para el frío, sigue el mismo proceso para hacerlos refritos; después agrega caldo de pollo, juliana de tortilla frita y tendrás algo muy rico y reconfortante.
Si los escurres y dejas enfriar, pueden ser un gran elemento en ensaladas. ¡Anímate a experimentar con lechugas, betabel y vinagreta casera!
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