Aunque en estudios anteriores se ha demostrado que los alimentos picantes y sus ingredientes bioactivos, principalmente la capsaicina, mejoran el metabolismo, reducen la tolerancia a la glucosa inducida por la obesidad y controlan el apetito, informes contradictorios dicen que «el consumo de alimentos picantes se asocia positivamente con el IMC, la circunferencia de la cintura y otras medidas de obesidad en adultos chinos», especialmente en China rural.
Investigadores de la Universidad de Zhengzhou de China reclutaron a un total de 15.683 sujetos (5.907 hombres y 9.776 mujeres) de entre 35 y 74 años para un estudio transversal que formó parte del estudio Rural Diabetes, Obesidad y Estilo de vida (RuralDiab), que se llevó a cabo en la provincia de Henan del país entre julio de 2015 y septiembre de 2016.
Pesando en picante
Observaron que la prevalencia general de obesidad entre los participantes fue de 17.57%, y afirmó que «el aumento en el sabor picante y la frecuencia de ingesta de alimentos picantes se asociaron con la alta proporción de obesidad general y los altos valores de IMC».
Agregaron que «el metanálisis (del estudio transversal) mostró que los participantes que tenían alimentos picantes tenían valores de IMC más altos, lo que fue consistente con el resultado del presente estudio».
Además, en comparación con los que no comieron alimentos picantes, hubo una mayor tasa de obesidad entre los que comieron alimentos picantes: cuanto más picante es la comida y cuanto más frecuente es la ingesta de alimentos picantes, mayor es la tasa de obesidad.
¿Qué se está cocinando realmente?
Sin embargo, los investigadores llegaron a afirmar que los métodos de cocción y los ingredientes podrían explicar la asociación positiva entre el consumo de alimentos picantes y la obesidad general.