Cornelio fue un centurión en el Cohors II Italica Civium Romanorum, mencionado como Cohors Italica en la Vulgata. Estuvo destinado en Cesarea, la capital de la provincia romana de Iudea. Él es representado en el Nuevo Testamento como un hombre temeroso de Dios que siempre oraba y estaba lleno de buenas obras y obras de limosna. Cornelio recibe una visión en la que un ángel de Dios le dice que sus oraciones han sido escuchadas; entiende que ha sido elegido para una alternativa superior. El ángel le ordena a Cornelio que envíe a los hombres de su casa a Jope, donde encontrarán a Simón Pedro, que reside con un curtidor llamado Simón (Hechos 10:5 ss).
La conversión de Cornelio viene después de una visión separada dada a Simón Pedro (Hechos 10:10-16). En la visión, Simón Pedro ve toda clase de bestias y aves siendo bajadas del Cielo en una sábana. Una voz le ordena a Simón Pedro que coma. Cuando se opone a comer aquellos animales que son impuros de acuerdo a la Ley mosaica, la voz le dice que no llame impuro a lo que Dios ha limpiado.
Cuando los hombres de Cornelio llegan, Simón Pedro entiende que a través de esta visión el Señor ordenó al Apóstol que predicara la Palabra de Dios a los gentiles. Peter acompaña a los hombres de Cornelio de vuelta a Cesarea. Cuando Cornelio se encuentra con Simón Pedro, cae a los pies de Pedro. Simón Pedro levanta al centurión y los dos hombres comparten sus visiones. Simón Pedro habla del ministerio de Jesús y de la Resurrección; el Espíritu Santo desciende sobre todos en la reunión. Los judíos en el grupo (presumiblemente todos eran judíos si Cornelio fue el primer gentil convertido; Hechos 10:24 Y al día siguiente entraron en Cesarea. Y Cornelio los esperaba, y había reunido a sus parientes y amigos cercanos. ver Judíos cristianos) se sorprenden de que Cornelio y otros incircuncisos comiencen a hablar en lenguas, alabando a Dios. Entonces Simón Pedro ordena que Cornelio y sus seguidores sean bautizados.El aspecto controvertido de la conversión de los gentiles se retoma más tarde en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15).