Los miembros del filo Cnidaria (corales, anémonas de mar, medusas) están equipados con células punzantes (cnidocitos, nematocitos), que sirven principalmente para la captura y defensa de presas. El producto secretor de estas células es un extrusoma muy complicado que consiste en un quiste que contiene un túbulo y una matriz líquida. La estimulación mecánica del aparato de cnidocilo de la célula por una presa o un delincuente conduce a través de la transducción de señales bioeléctricas a la descarga explosiva del cnidocisto. En los estenoteles de Hydra, este proceso, durante el cual el túbulo se sale del quiste, toma menos de 3 mseg. Las fuerzas involucradas se deben en parte a tensiones de resorte almacenadas en el compartimiento estructural colagénico, y en parte a una presión intracapsular generada osmóticamente, que puede ascender a 150 bar (1,5 × 107 Pa). La maquinaria osmótica depende de la presencia en la matriz del quiste de cationes inorgánicos (K+, Mg2+ o Ca2+) y polianiones raros (poli‐γ‐L‐glutamatos), que, hasta ahora, no se han reportado de eucariotas recientemente evolucionados. El quiste de descarga actúa como una jeringa auto‐recarga, inyectando veneno y otros componentes en el objetivo. Dado que los cnidocitos son incapaces de regenerar sus quistes exocitosados, tienen que ser reemplazados por nuevas células derivadas por diferenciación de células madre pluripotentes (células intersticiales).
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