Durante 20 años, los científicos han debatido la existencia de bacterias súper pequeñas. Los organismos teóricamente diminutos presentaban un gran problema para los investigadores: eran delicados, difíciles de capturar y simplemente demasiado pequeños para verlos. Pero todo eso cambió esta semana, cuando los investigadores anunciaron que fueron capaces de capturar las primeras imágenes microscópicas detalladas de las formas de vida en miniatura.
Un equipo internacional de científicos dirigido por investigadores de los Estados Unidos. El Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía y la Universidad de California, Berkeley, teorizaron que las bacterias ultrapequeñas son bastante comunes. Pero para capturar imágenes de los organismos, primero tenían que capturar los microbios—y eso no resultó una tarea fácil.
Usando una serie de filtros diminutos, filtraron el agua subterránea hasta un tamaño de 0,2 micras. Luego congelaron sus delicadas muestras a -272°C y usaron un «émbolo criogénico» para transportar las muestras del campo al laboratorio. El equipo utilizó microscopios electrónicos de última generación para capturar una imagen de las bacterias súper pequeñas dentro antes de secuenciar el genoma del organismo. (Encontraron alrededor de un millón de pares de bases de ADN.)
Entonces, ¿qué vieron? Células tan pequeñas, 150.000 de ellas podrían caber en la punta de un solo cabello humano. El equipo describió las celdas en una versión:
También son bastante extrañas, lo que no es una sorpresa dado que las celdas están cerca y, en algunos casos, son más pequeñas que varias estimaciones para el límite de vida de menor tamaño. Esta es la celda más pequeña que puede ser y aún puede albergar suficiente material para sostener la vida. Las células bacterianas tienen espirales densamente empaquetadas que probablemente son ADN, un número muy pequeño de ribosomas, apéndices similares a pelos y un metabolismo despojado que probablemente requiere que dependan de otras bacterias para muchas de las necesidades de la vida.
Aunque los investigadores creen que los microbios son relativamente comunes, varias preguntas siguen sin respuesta. ¿Cómo funcionan los microbios, que carecen de muchas funciones básicas, con otros organismos? ¿Para qué sirven los genes? Y la existencia de estos organismos infinitesimales plantea una pregunta aún mayor: ¿hay formas de vida aún más pequeñas ahí fuera?
Esas preguntas pueden permanecer abiertas por ahora, pero una cosa está clara: hemos recorrido un largo camino desde la primera micrografía electrónica de una célula intacta, que fue fotografiada en 1945.