Primeros años de vida y carrera
El padre de San Martín, Juan de San Martín, un soldado profesional español, fue administrador de Yapeyú, una antigua estación misionera jesuita en territorio indio Guaraní, en la frontera norte de Argentina. Su madre, Gregoria Matorras, también era española. La familia regresó a España cuando José tenía seis años. De 1785 a 1789 se educó en el Seminario de Nobles de Madrid, donde comenzó su carrera militar como cadete en el regimiento de infantería de Murcia. Durante los siguientes 20 años fue un oficial leal del monarca español, luchando contra los moros en Orán (1791); contra los británicos (1798), que lo mantuvieron cautivo durante más de un año; y contra los portugueses en la Guerra de las Naranjas (1801). Fue nombrado capitán en 1804.
El punto de inflexión en la carrera de San Martín llegó en 1808, tras la ocupación de España por Napoleón y el posterior levantamiento patriótico contra los franceses. Durante dos años sirvió a la junta de Sevilla que dirigía la guerra en nombre del encarcelado rey español Fernando VII. Fue ascendido al grado de teniente coronel por su conducta en la Batalla de Bailén (1808) y fue elevado al mando de los Dragones de Sagunto después de la Batalla de Albuera (1811). En lugar de asumir su nuevo cargo, pidió permiso para ir a Lima, la capital del Virreinato del Perú, pero viajó por Londres a Buenos Aires, que se había convertido en el principal centro de resistencia en América del Sur a la junta de Sevilla y su sucesor, el Consejo de Regencia con sede en Cádiz. Allí, en el año 1812, a San Martín se le encomendó la tarea de organizar un cuerpo de granaderos contra los realistas españoles centrados en Perú que amenazaban al gobierno revolucionario en Argentina.
Una posible explicación de este sorprendente cambio de lealtad por parte de un soldado que había jurado lealtad a España es que fue impulsado por simpatizantes británicos con el movimiento independentista en Hispanoamérica y que San Martín fue reclutado a través de la agencia de James Duff, cuarto conde de Fife, que había luchado en España (y que hizo que San Martín se convirtiera en un hombre libre de Banff, Escocia). En años posteriores, San Martín afirmó que había sacrificado su carrera en España porque había respondido al llamado de su tierra natal, y este es el punto de vista de los historiadores argentinos. Sin lugar a dudas, el prejuicio español peninsular contra cualquier persona nacida en las Indias debe haber molestado a lo largo de su carrera en España y le ha llevado a identificarse con los revolucionarios criollos.