Estudios bíblicos útiles >1 Corintios Comentario > capítulo 9
1 Corintios 9:24-27
Al igual que Pablo, los cristianos en Corinto creían que Dios los había hecho libres. Pero no estaban de acuerdo sobre el propósito de esa libertad.
Muchos de esos cristianos querían ser libres para poder disfrutar más. En su opinión, la libertad les permitía hacer lo que quisieran. Sin embargo, Pablo quería ser libre para poder servir mejor a Dios y a otras personas. No quería que sus emociones y sentimientos controlaran su vida. En cambio, tuvo que lidiar severamente con sus propios sentimientos equivocados.
Esos cristianos se quejaban de que Pablo se estaba comportando como un esclavo. Pablo podía estar de acuerdo con eso; como cristiano libre, él era el esclavo de Cristo (7:22). De hecho, como Cristo ordenó, Pablo se hizo esclavo de todos (Marcos 10:44; 1 Corintios 9:19). Es decir, trabajó constantemente para el beneficio de otras personas. Pero sus órdenes no vinieron de ellos, sino de Cristo.
Pablo dijo que los cristianos deben comportarse como corredores en una carrera. Si desean el éxito, los corredores no pueden permitir que sus emociones controlen sus vidas. No pueden hacer lo que quieran. No pueden comer cualquier alimento que deseen. No pueden relajarse cuando les plazca. Deben aprender autodisciplina y autocontrol.
La recompensa por todo ese esfuerzo dura solo por un corto tiempo. Pero los cristianos desean una recompensa que dure para siempre. No ganan su relación con Dios por sus esfuerzos( Romanos 4: 1-8); es un regalo de Dios debido a la muerte de Cristo. Pero pueden arruinar esa relación si siguen deseos y emociones equivocados (10:6-12). Dios no se complacerá con ellos si permiten que tales cosas gobiernen sus vidas.
Siguiente parte: Una lección sobre actitudes egoístas (1 Corintios 10:1-2)