Un perro no solo desarrolla repentinamente una intención de matar a su ser humano, sino que exhibe signos tempranos que no son reconocidos o ignorados por la familia. Es de suma importancia detectar estos signos tempranos para evitar lesiones y la muerte. La mayoría de las personas que no detectan estos signos son aquellas que no han establecido una relación clara con sus perros o una buena comunicación. Entonces, ¿qué haría que un perro se volviera tan dramático?
Los expertos dicen que los perros pueden ser agresivos cuando se sienten asustados y para la mayoría de las mordeduras, la motivación es el miedo. Los perros, por naturaleza, son territoriales y custodian algo que valoran mucho, y defienden su lugar de descanso favorito. Los perros pueden volverse agresivos por varias cosas. A diferencia de los humanos, los perros no saben hablar, por lo que tenemos que mirar sus señales no verbales. Puede ser muy fácil perderse lo que están tratando de decir.
En general, sin embargo, los perros no actúan agresivamente a menos que haya un desencadenante. Según los expertos, una de las posibles razones por las que la mujer en Virginia fue atacada por sus propios perros es que sintieron «presas», como una ardilla o un conejo, y decidieron ir tras ella. Si interfería con los perros mientras iban tras la presa, podrían haber redirigido su agresión hacia ella y haberla matado. Por lo general, hay alguna agresión inicial, el humano intenta detenerla y el perro reacciona a eso.
Si tienes más de un perro, es imprescindible comprobar cómo se comportan entre sí. El comportamiento competitivo entre perros puede conducir a una agresión que puede ser potencialmente dirigida al propietario. También es importante buscar signos de dolor. Un perro que es generalmente agradable es más probable que ataque si siente dolor.