El debate entre la suplementación con vitamina C sintética y basada en alimentos es un tema candente, pero la investigación de la Dra. Susanne Humphries ha ayudado a arrojar luz sobre este importante tema. Según la Fundación de Vitamina C «Lo que comúnmente se llama vitamina C, el ion ascorbato, o simplemente ácido ascórbico, es la verdadera vitamina C.»Humphries descubrió que la vitamina C sintética en forma de polvo de ascorbato sódico oral es en realidad la opción más eficiente y bien tolerada. En mi propia consulta, recomiendo el ascorbato de sodio como la opción para mis pacientes que buscan alcanzar altas dosis de vitamina C para combatir enfermedades y enfermedades crónicas.
La vitamina C se encuentra en frutas y verduras como pimientos, fresas, cítricos, verduras de hoja oscura, brócoli y hierbas selectas como cilantro y perejil. Sin disminuir la importancia de estas fuentes de alimentos, hay una necesidad de suplementación en altas dosis en tiempos de enfermedades agudas como la gripe y la tos ferina, para prevenir enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y colesterol alto, así como para reducir el daño oxidativo durante el estrés excesivo o la exposición tóxica, como el mercurio. Una nueva investigación también demuestra los beneficios de la vitamina C IV para reducir las complicaciones de los pacientes con sepsis en las unidades de cuidados intensivos. Además, hay beneficios en el uso de vitamina C IV junto con métodos convencionales para el tratamiento de ciertos cánceres.
En términos de dosificación, la respuesta es única para cada individuo. La cantidad diaria recomendada (o CDR) de vitamina C es de 75 mg/día, el mínimo necesario para prevenir el escorbuto. Como seres humanos, no tenemos la capacidad de producir vitamina C por nuestra cuenta y debemos consumirla a través de alimentos o suplementos. Cuando comparamos a los humanos con otros primates que no producen vitamina C y las cantidades que requieren para una salud óptima, la CDR para los humanos no es adecuada. Por ejemplo, los gorilas también son incapaces de auto-producir vitamina C, pero consumen aproximadamente 4,500 mg/día de vitamina C. En contraste, las cabras son capaces de auto-producir vitamina C y pueden producir hasta 100,000 mg/día de vitamina C en tiempos de estrés y rara vez se enferman. Para que los seres humanos logren una salud óptima, especialmente en tiempos de estrés y en la lucha contra las enfermedades, la suplementación eficaz con altas dosis de vitamina C es una necesidad.
Una línea de base general para la suplementación con vitamina C es de entre 3,000 y 5,000 mg/día en dosis divididas, reduciendo la dosis si se desarrollan heces sueltas. Es esencial recordar que la dosis es variable en función de la persona y la afección a tratar. Los requisitos para algunos pueden ser tan altos como 10,000 mg o más por día. La dosificación oral está limitada por la diarrea. Las dosis altas de vitamina C pueden requerir terapia intravenosa. Las personas que requieren dosis extremadamente grandes de vitamina C se beneficiarán enormemente de la terapia intravenosa porque evita el intestino, por lo que la absorción es más eficiente y tolerable.
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Maria L. Gahry, DNP, RN, FNP-BC Maria es Doctora en Práctica de Enfermería (DNP), con certificación de la junta como Enfermera Practicante de Familia (FNP) y certificado de posgrado en Medicina Complementaria y Alternativa. Como FNP, cuidando a las familias a lo largo de toda la vida, la base de su práctica se centra en el uso de métodos integrales y holísticos para prevenir enfermedades y tratar las causas fundamentales de las enfermedades. María cree que la relación con sus pacientes debe ser una asociación de colaboración, con los objetivos para una salud óptima definidos por el paciente. María obtuvo su Licenciatura en Ciencias en Enfermería en 2009 de la Universidad Estatal de Wayne. Se graduó del programa DNP de la Universidad Estatal de Wayne en diciembre de 2015, y se unió al Centro Médico de Bioenergía en la primavera de 2016. Su investigación doctoral se centró en la detección y el tratamiento de la enfermedad tiroidea, que considera un problema de salud que a menudo se pasa por alto y que influye en el desarrollo de muchos otros problemas de salud.