Un semiconductor es una sustancia, generalmente un elemento químico sólido o compuesto, que puede conducir electricidad en algunas condiciones pero no en otras, lo que lo convierte en un buen medio para el control de la corriente eléctrica. Su conductancia varía dependiendo de la corriente o el voltaje aplicado a un electrodo de control, o de la intensidad de irradiación por rayos infrarrojos (IR), luz visible, ultravioleta (UV) o rayos X.
Las propiedades específicas de un semiconductor dependen de las impurezas, o dopantes, que se le agregan. Un semiconductor de tipo N transporta corriente principalmente en forma de electrones cargados negativamente, de una manera similar a la conducción de corriente en un cable. Un semiconductor de tipo P transporta la corriente predominantemente como deficiencias de electrones llamadas agujeros. Un agujero tiene una carga eléctrica positiva, igual y opuesta a la carga de un electrón. En un material semiconductor, el flujo de agujeros ocurre en una dirección opuesta al flujo de electrones.
Los semiconductores elementales incluyen antimonio, arsénico, boro, carbono, germanio, selenio, silicio, azufre y telurio. El silicio es el más conocido de estos, formando la base de la mayoría de los circuitos integrados (IC). Los compuestos semiconductores comunes incluyen arseniuro de galio, antimónido de indio y los óxidos de la mayoría de los metales. De estos, el arseniuro de galio (GaAs) se usa ampliamente en dispositivos de amplificación de señal débil, de alta ganancia y bajo nivel de ruido.
Un dispositivo semiconductor puede realizar la función de un tubo de vacío que tiene cientos de veces su volumen. Un solo circuito integrado (IC), como un chip de microprocesador, puede hacer el trabajo de un conjunto de tubos de vacío que llenarían un edificio grande y requerirían su propia planta de generación eléctrica.
Véase también transistor atómico, transistor bipolar y transistor de efecto de campo.