El consumo de 200 miligramos o más de cafeína al día, aproximadamente equivalente a dos tazas de café, puede aumentar o disminuir el nivel de estrógeno de una mujer, según su origen étnico y la fuente de cafeína, según un estudio de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Entre 2005 y 2007, los investigadores siguieron a 259 mujeres premenopáusicas durante hasta dos ciclos menstruales. Recolectaron muestras de sangre en ayunas para evaluación hormonal en hasta ocho visitas por ciclo y cuatro retiros dietéticos de 24 horas por ciclo. Calcularon la ingesta total de cafeína de los participantes en función de la cantidad de café, té negro, té verde y refrescos con cafeína que consumieron. En general, los participantes ingirieron un promedio de 90 miligramos de cafeína por día.
En el estudio, las mujeres asiáticas que consumían más de 200 miligramos de cafeína al día tenían niveles más altos de estrógeno en comparación con las que consumían menos cafeína, pero las mujeres caucásicas que consumían más de 200 miligramos de cafeína al día tenían niveles más bajos de estrógeno. Las mujeres afroamericanas que consumieron más de 200 miligramos de cafeína al día experimentaron un ligero aumento en los niveles de estrógeno, pero el aumento no fue estadísticamente significativo.
Sin embargo, el efecto del consumo de cafeína en los niveles de estrógeno varió en función de la fuente de la cafeína. El consumo de más de una taza al día de refrescos con cafeína o té verde se relacionó con un aumento de los niveles de estrógeno en todos los participantes, independientemente de la raza o el origen étnico. Y el aumento del consumo de cafeína en forma de café se asoció con niveles elevados de estrógeno en los asiáticos, niveles reducidos de estrógeno en los caucásicos y ningún cambio estadísticamente significativo en los niveles de estrógeno entre los afroamericanos.
«A corto plazo, estas variaciones en los niveles de estrógeno entre diferentes grupos no parecen tener efectos pronunciados», dijo en un comunicado de prensa de los NIH Enrique Schisterman, PhD, de la División de Epidemiología, Estadística e Investigación de Prevención del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, donde se llevaron a cabo algunas de las investigaciones. «Sabemos que las variaciones en el nivel de estrógeno están asociadas con trastornos como la endometriosis, la osteoporosis y los cánceres de endometrio, mama y ovario. Debido a que el consumo de cafeína a largo plazo tiene el potencial de influir en los niveles de estrógeno durante un largo período de tiempo, tiene sentido tener en cuenta el consumo de cafeína al diseñar estudios para comprender estos trastornos.»
El estudio aparece en la edición de febrero del American Journal of Clinical Nutrition.